jueves, 4 de marzo de 2010

La felicidad protege el corazón

Ser feliz protege de la enfermedad cardiaca

Diario “La Estrella” de Iquique, viernes 19 de Febrero de 2010.

MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

Las personas que suelen estar felices, entusiastas y contentas son menos propensas a desarrollar enfermedad cardiaca que aquellas que tienden a no ser felices, según un estudio del Centro de Salud Cardiovascular Conductual en el Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos) que se publica en la revista 'European Heart Journal'.
Los autores creen que el estudio es el primero en mostrar una relación independiente de este tipo entre las emociones positivas y la enfermedad cardiaca coronaria.
Según señala la directora de la investigación, Karina Davidson, los resultados sugieren que podría prevenirse la enfermedad cardiaca promoviendo las emociones positivas en las personas. Sin embargo, la autora advierte que sería prematuro realizar recomendaciones clínicas sin ensayos clínicos que investigaran posteriores descubrimientos.
"Necesitamos desesperadamente ensayos clínicos rigurosos en esta área. Si los ensayos apoyan nuestros descubrimientos, entonces estos resultados serían increíblemente importantes para describir de forma específica qué podrían hacer médicos y pacientes para mejorar la salud", adelanta Davidson.
Durante un periodo de 10 años, la investigadora y su equipo siguió a 1.739 adultos sanos, 862 hombres y 877 mujeres, que participaban en la Encuesta de Salud de Nueva Escocia 1995.
Al inicio del estudio, enfermeras especializadas evaluaron el riesgo de enfermedad cardiaca de los participantes y, con evaluaciones de autoinformes y clínicas, midieron los síntomas de depresión, hostilidad, ansiedad y grado de expresión de emociones positivas, que se conocen como 'afecto positivo'.
El afecto positivo se define como la experiencia de emociones placenteras como alegría, felicidad, excitación, entusiasmo y satisfacción. Estos sentimientos pueden ser transitorios pero suelen ser un rasgo estable, en particular en la vida adulta. El afecto positivo es en gran medida independiente del afecto negativo, por lo que alguien que es generalmente una persona feliz y contenta puede ocasionalmente estar ansiosa, enfadada o deprimida.
Después de tener en cuenta edad, sexo, factores de riesgo cardiovasculares y emociones negativas, los investigadores descubrieron que, a lo largo de un periodo de 10 años, un mayor afecto positivo predecía menos riesgo de enfermedad cardiaca alrededor de un 22 por ciento por punto en una escala de cinco puntos que mide los niveles de expresión de afecto positivo que va de ninguno a extremo.
Según apunta Davidson, "los participantes sin afecto positivo tenían un 22 por ciento más de riesgo de enfermedad cardiaca isquémica (ataque cardiaco o angina) que aquellos con algo de afecto positivo, que tenían así mismo un 22 por ciento más de riesgo que aquellos con afecto positivo moderado".
Los investigadores también descubrieron que si alguien que solía ser positivo tenía algunos síntomas de depresión en el momento de la encuesta esto no afectaba a su menor riesgo global de enfermedad cardiaca. Los autores plantean que los posibles mecanismos por los que las emociones positivas podrían ser responsables de la protección a largo plazo de la enfermedad cardiaca incluyen las tasas cardiacas, los patrones de sueño y dejar de fumar.
"Aquellos con afecto positivo podrían tener periodos más largos de descanso o relajación fisiológica. Por otro lado, aquellos con afecto positivo podrían recuperarse más deprisa de los estresores y no emplear tanto tipo en 'revivirlos', lo que a su vez parece causar daños fisiológicos. Esto es especulativo ya que estamos comenzando a explorar por qué las emociones positivas y la felicidad tienen beneficios positivos para la salud", explica Davidson.
Según concluye la investigadora, las intervenciones con más éxito para la depresión incluyen aumentar el afecto positivo y disminuir el negativo. Además, Davidson afirma que si ensayos clínicos apoyaran los descubrimientos de este estudio sería relativamente fácil evaluar el afecto positivo en los pacientes y sugerir intervenciones para ayudar a prevenir la enfermedad cardiaca.

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