jueves, 12 de julio de 2012

Valor de nuestras elecciones


Nuestras acciones van construyendo la historia del mundo. Las circunstancias en las que nos encontramos actualmente, son las que nos motivan a desear cosas y llevarlas a cabo, así que estamos constantemente creando a medida que vamos haciendo realidad nuestros deseos.
Si tomamos en cuenta que nuestros deseos van creando la historia del mundo podemos convertirnos en creadores concientes: así que vamos a aprender a crear deliberadamente nuestra propia realidad.
Nosotros creamos nuestro propio mundo, nadie más que nosotros. Creamos nuestra propia realidad, aunque ni siquiera tengamos conciencia de ello. Por eso normalmente, creamos sin darte cuenta.
^Pero, cuando nos encontremos totalmente concientes de nuestros pensamientos y nos concentremos deliberadamente en ellos obtendremos los resultados que hayamos elegido. Ya sabemos que nuestros deseos y creencias son solo pensamientos.
Pidamos a través de nuestra atención hacia algo y de nuestro deseo hacia algo, tanto si deseamos algo que pase, como si deseamos que algo no pase. En ambos casos estamos pidiendo. No hace falta ni siquiera expresarlo con palabras, basta con que lo deseemos con la suficiente fuerza en nuestro ser.
Algo que realmente deseemos con fuerza, que apreciemos, que queramos, generará un sentimiento que será el motor que atraerá lo que queremos.
Con cada cosa que deseemos apropiadamente, se va producir la realización consecuente en nuestra vida, y esa nueva manifestación nos traerá a su vez desear otra cosa. Los nuevos deseos nunca se acaban, así que siempre estaremos abiertos a nuevas perspectivas, nuevas situaciones, nuevos ambientes que nos llevarán a seguir “creando.”
Y, por supuesto, todos estos deseos deben generar pensamientos positivos, que generarn acciones positivas.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas