viernes, 17 de mayo de 2013

AUoAQ&biw=768&bih=900#biv=i%7C23%3Bd%7CjRf8JOx3sAUsQM%3AEl paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:
-Analicemos las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.
- Hagamos el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.
- Procuremos descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.
- Aprendamos a ser sencillos y pidamos ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.
-No hagamos alarde de seguridad en nosotros mismos tomando decisiones a la ligera, consideremos todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo
No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre manifestación del mismo, de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga, convirtiéndonos en personas productivas y emprendedoras.
Estoy de viaje, así que hoy no digo hasta mañana, sino hasta cuándo vuelva a tener internet.
Cariños y sonrisas
Irene

jueves, 9 de mayo de 2013

OPTIMISMO Y NUESTRA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver en nuestra relación con el resto de las personas, sin embargo, este valor  "optimismo" nos hace tener una mejor disposición hacia los demás:
cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta;
en el trabajo, una personalidad emprendedora;
en la escuela, profesores y alumnos dedicados.
Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda.
El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.
En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimista.
Algunas personas se encierran en sí mismos después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar.
El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.
Esta actitud nos ayudará a vivir más felices!
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene

domingo, 5 de mayo de 2013

El optimismo y la perseverancia


Cualquiera que ha sido campeón  o haya tenido éxitos en alguna disciplina, sabe que es poque llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y alienta a la perseverancia
El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.
En otras circunstancias nos engañamos e inventamos una falsa realidad para hacernos la vida más fácil y cómoda. Basta mencionar al estudiante que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la calificación mínima y necesaria para “salir del paso”, sin darse cuenta que su falso optimismo lo llevará –tarde o temprano- al fracaso.
Espero que les sirva para reflexionar sobre nuestra propia perseverancia y no echarle la sulpa a la mala suerte, si algo nos sale mal.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene

sábado, 4 de mayo de 2013

La experiencia y el optimismo

Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares.
La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexión.
¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.
El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y sensata que en nada quita valor al esfuerzo personal o la iniciativa.
Sería muy soberbio de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia, pero con optimismo siempre estaremos buscando lo mejor para alcanzar nuestros objetivos.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene.
 

viernes, 3 de mayo de 2013

HABLEMOS DE OPTIMISMO

Ya sabemos que el optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia , descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.
La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas, en como interpretamos lo que vivimos: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.
Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. Entonces, ell optimismo es una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas, errores y contratiempos, sólo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas.
Si las cosas no fallaran o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene