viernes, 12 de diciembre de 2014

NO PERDER EL CONTROL CUANDO UNO SE ENOJA

Es inútil combatir el fuego con fuego.
Cuando estamos ofendido, es instintivo querer pelear de vuelta con ira, querer hacer que las personas responsables se sienten mal también. 
Sin embargo, esto sólo añade más energía negativa a la situación, lo que es peor. 
Cuando perdemos el control del enojo y esa energía se vuelve destructiva, puede ocasionar muchos problemas en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad general de vida. Puede hacerlo sentir como si estuviera a merced de una emoción impredecible y poderosa.
Hay que calmarse interiormente. 
Esto significa no sólo controlar su conducta externa sino también controlar sus respuestas internas, siguiendo los pasos para reducir su ritmo cardíaco, calmarse y dejar que los sentimientos pasen.
Pensemos dos veces antes de actuar. No perdamos el control.
Respire hondo, piense y tranquilízece
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas