lunes, 11 de enero de 2016

EL DIÁLOGO INTERNO: NUESTRO VERDUGO

El diálogo interno negativo arruina la vida de muchas personas. 
Es esa vocecita en nuestra cabeza que no para de hablar incansablemente, parloteando a cada minuto. Nos aconseja, juzga, se burla, nos manda y toma control de nuestra vida y nuestros pensamientos, nos dice que debemos sentir, y como debemos reaccionar ante las situaciones. Esa voz parlanchina,  ese ser que esta dentro de nosotros dictando, conversando y subliminalmente comandando nuestra vida, es capaz hacernos creer las mentiras más grande.. 
Para mejorar la calidad de vida es indispensable deshacerse de ese diálogo o, al menos, reducirlo notablemente.
Estos diálogos negativos provocan y aumentan estados de ánimo negativos tales como la ira, la ansiedad, la culpa y el pánico.
Podemos reflexionar sobre esto y darnos perfectamente cuenta que los diálogos internos negativos nos hacen daño, sin embargo, se siguen produciendo.
¿A qué se debe el ruido mental que las personas experimentan permanentemente? ¿Por qué todo el tiempo se disparan pensamientos y la gente los mastica como si fueran chicles?
Eso es porque los comportamientos y esquemas de pensamiento que los provocan provienen de la mente profunda y dominan la actividad consciente.
Los sentidos nos conectan con nuestra forma de ver el mundo y el cerebro decodifica, produciendo ideas, pensamientos y sensaciones, usando la memoria asociativa.
Intuimos que el juego del cerebro es sacarnos del presente, del aquí y ahora y llevarnos a permanecer en la mente, recluidos en los pensamientos. V
Vivimos inmersos en un parloteo interno y externo que es fuente de confusión.
La clave está en sentir y vivir en el presente, y liberarse de describir o imaginar, ya habrá tiempo para eso en otro momento.
Cariños y sonrisas
Irene

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Cariños y sonrisas