Algunas de las universidades más prestigiosas del mundo dan claves sobre que la felicidad se construye y es más fácil encontrarla cuando tenemos buenas redes sociales.
por Jennifer Abate para Suplemento Tendencias - 25/04/2010 -
1. Controlamos la mitad de nuestra felicidad. Un estudio de la U. de Edimburgo y el Instituto Queensland dice que cerca de un 50% de la felicidad está determinado por los rasgos de personalidad; por la genética. Y que la otra mitad recae directamente sobre nosotros y se relaciona con factores como las relaciones sociales, la salud y el trabajo.
2. El dinero no compra la felicidad. A menos que lo compartamos con otros, dice una investigación de EE.UU. El estudio señala que tener altos ingresos se relaciona con la felicidad, pero sólo cuando gastamos una parte de ellos en regalos o en donaciones. Incluso cuando no pasa por nosotros la decisión de gastar nuestro dinero en otros, nos sentimos felices.
3. Las relaciones sociales son clave. El amor romántico, ese que va más allá de la pasión, es crucial para sentirse satisfecho y feliz, de acuerdo con un compendio de 25 estudios. Y una investigación de la U. de Greenwich probó que los adultos mayores con fuertes relaciones de amistad se sienten hasta un 30% más felices que aquellos que sólo dependen de sus familias.
4. Un premio sólo da felicidad temporal. Tras la euforia, los que reciben de improviso cifras millonarias vuelven muy pronto a su estado inicial, ya que toma dos años acostumbrarse al cambio de vida, según descubrió el profesor Andrew Oswald, de la U. de Warwick, Inglaterra. Y Daniel Gilbert, investigador de Harvard, dice que ganarse un premio tiene muy poco impacto, pues sus efectos desaparecen alrededor de tres meses después.
5. Son las experiencias las que nos hacen felices, no las cosas. La gente que gasta su dinero en experiencias como irse de vacaciones, se siente más feliz que los que se compran un auto nuevo o arreglan la casa, dice un estudio de la U. Cornell. Esto, porque nuestra memoria guarda una fotografía emotiva de la experiencia, mientras que lo material no impacta significativamente nuestros cerebros.
PSICÓLOGA CLÍNICA DE ADOLESCENTES Y ADULTOS Y TALLERES DE FELICIDAD Y DESARROLLO PERSONAL. +569 81368719 RENACA. VINA DEL MAR
lunes, 26 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
Inteligencia Emocional
Victor Frankl es el fundador de la logoterapia una escuela psicológica que tiene como idea principal el hecho de que toda vida humana, incluso en las peores circunstancias, es digna de ser vivida, en definitiva, tiene un sentido que el hombre debe encontrar ya que no le viene dado a la conciencia de manera inmediata. El sentido ayuda a mitigar el propio sufrimiento ya que existen muchas formas diferentes de enfrentarse a él. Victor Frankl era un judío que sobrevivió a los campos de concentración nazi, si bien, su familia no corrió la misma suerte y sus padres murieron. En tales circunstancias, Frankl luchó internamente para no dejarse vencer interiormente y dejarle ganar la batalla al sin sentido, o lo que es lo mismo, al nihilismo, que promueve que todo es un absurdo. El hecho de dotar de sentido experiencias tales como la enfermedad o la muerte produce consuelo en el ser humano ya que aporta razones o motivos para sobrellevar de una manera más optimista esa carga tan difícil. Así afirma: “no hay ninguna situación en la vida que realmente carezca de sentido. Esto significa que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y en especial esa triada trágica en la que se incluyen dolor, culpa y muerte, pueden también llegar a transformarse en algo positivo cuando se afrontan con la postura y actitud correctas”.
Por esta razón, afirma Frankl que la labor del médico no es meramente restituir la salud corporal del paciente sino también ayudarle a encontrar la actitud adecuada para enfrentarse a su situación. El hombre es un ser de una grandeza y una nobleza extrema, por esta razón, el autor afirma que un médico que no se haga cargo de este tipo de funciones no se diferenciará en nada de un veterinario, con la diferencia de que el objeto de estudio es distinto: en un caso, las personas, en otro, los animales: “Si se frustra la voluntad de sentido, el hombre está igualmente inclinado a quitarse la vida a pesar de la abundancia y el bienestar que le rodean. Basta con ver las asombrosas cifras de suicidios en los países típicamente prósperos, como Suecia y Austria”.
La psicología de la «voluntad de sentido» propia de la logoterapia se opone a la psicología de la «voluntad de placer» propia de la escuela freudiana, y a la psicología de la «voluntad de poder» propia de Adhler. De hecho, Frankl mantuvo contacto al principio de su carrera con Freud.
“El hombre en busca de sentido” es la obra en la que Frankl describe la dureza de su experiencia en el campo de concentración: falta de alimento, exceso de trabajo, malas condiciones de higiene, conciencia de las pocas opciones de supervivencia, incomunicación con los seres queridos… Es un libro que realmente merece la pena leer por su gran riqueza humana. En aquellas condiciones, realmente infrahumanas, Frakl cuenta que muchos de sus compañeros en el campo se dejaron vencer por el sin sentido, sin embargo, él lucho para mantener viva la esperanza en su vida.
Frankl describe que existen tres vías que ayudan a dotar de sentido la existencia humana:
a) El trabajo.
b) La creatividad propia del arte o cualquier disciplina científica o humanista.
c) La actitud personal.
El sentido es importante para Frankl hasta el punto que afirma que no puede decir con rotundidad que todos aquellos que se suicidan lo hagan porque han perdido el sentido en sus vidas, sin embargo, sí tiene la convicción de que el impulso al suicidio desaparecería desde el momento en que encontrasen un motivo para vivir.
Maite Nicuesa, España.
(Profesora de Inteligencia emocional en la Universidad para mayores Francisco Induráin
Por esta razón, afirma Frankl que la labor del médico no es meramente restituir la salud corporal del paciente sino también ayudarle a encontrar la actitud adecuada para enfrentarse a su situación. El hombre es un ser de una grandeza y una nobleza extrema, por esta razón, el autor afirma que un médico que no se haga cargo de este tipo de funciones no se diferenciará en nada de un veterinario, con la diferencia de que el objeto de estudio es distinto: en un caso, las personas, en otro, los animales: “Si se frustra la voluntad de sentido, el hombre está igualmente inclinado a quitarse la vida a pesar de la abundancia y el bienestar que le rodean. Basta con ver las asombrosas cifras de suicidios en los países típicamente prósperos, como Suecia y Austria”.
La psicología de la «voluntad de sentido» propia de la logoterapia se opone a la psicología de la «voluntad de placer» propia de la escuela freudiana, y a la psicología de la «voluntad de poder» propia de Adhler. De hecho, Frankl mantuvo contacto al principio de su carrera con Freud.
“El hombre en busca de sentido” es la obra en la que Frankl describe la dureza de su experiencia en el campo de concentración: falta de alimento, exceso de trabajo, malas condiciones de higiene, conciencia de las pocas opciones de supervivencia, incomunicación con los seres queridos… Es un libro que realmente merece la pena leer por su gran riqueza humana. En aquellas condiciones, realmente infrahumanas, Frakl cuenta que muchos de sus compañeros en el campo se dejaron vencer por el sin sentido, sin embargo, él lucho para mantener viva la esperanza en su vida.
Frankl describe que existen tres vías que ayudan a dotar de sentido la existencia humana:
a) El trabajo.
b) La creatividad propia del arte o cualquier disciplina científica o humanista.
c) La actitud personal.
El sentido es importante para Frankl hasta el punto que afirma que no puede decir con rotundidad que todos aquellos que se suicidan lo hagan porque han perdido el sentido en sus vidas, sin embargo, sí tiene la convicción de que el impulso al suicidio desaparecería desde el momento en que encontrasen un motivo para vivir.
Maite Nicuesa, España.
(Profesora de Inteligencia emocional en la Universidad para mayores Francisco Induráin
Suscribirse a:
Entradas (Atom)