Una epidemia infecciosa como la que padecemos implica el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento, por lo que las personas pueden experimentar
ANSIEDAD, PREOCUPACIÒN O MIEDO en relación a:
• Su propio estado de salud.
• El estado de la salud de otros a los que usted haya podido contagiar.
• La preocupación de que sus familiares y amigos tengan que hacer cuarentena como consecuencia de haber estado en contacto con usted.
• La experiencia de estar en autoobservación u observado por otros por síntomas y signos de haber contraído la infección.
• El tiempo que está restando a su trabajo por este proceso, con la consecuente pérdida de ingresos y de seguridad en el puesto de trabajo.
• La necesidad de tener que prever el abastecimiento de alimentos y cuidados médicos.
• La exigencia de atender a menores y familiares a cargo.
• La incertidumbre o frustración sobre cuanto tiempo durará esta situación.
• La soledad asociada con el sentimiento de haber sido excluido del mundo y de sus seres queridos.
• Su propio estado de salud.
• El estado de la salud de otros a los que usted haya podido contagiar.
• La preocupación de que sus familiares y amigos tengan que hacer cuarentena como consecuencia de haber estado en contacto con usted.
• La experiencia de estar en autoobservación u observado por otros por síntomas y signos de haber contraído la infección.
• El tiempo que está restando a su trabajo por este proceso, con la consecuente pérdida de ingresos y de seguridad en el puesto de trabajo.
• La necesidad de tener que prever el abastecimiento de alimentos y cuidados médicos.
• La exigencia de atender a menores y familiares a cargo.
• La incertidumbre o frustración sobre cuanto tiempo durará esta situación.
• La soledad asociada con el sentimiento de haber sido excluido del mundo y de sus seres queridos.
• El malestar o rabia si piensa que ha sido contagiado por la negligencia de “otros”.
• La preocupación de ser posible vector y contagiar a otros, incluyendo a personas cercanas.
• El aburrimiento y frustración de no estar conectado a la rutina habitual de su vida.
• La preocupación de ser posible vector y contagiar a otros, incluyendo a personas cercanas.
• El aburrimiento y frustración de no estar conectado a la rutina habitual de su vida.
• El mayor deseo de beber alcohol o consumir sustancias de abuso para afrontar esta situación.
• La aparición de síntomas depresivos como desesperanza, irritabilidad, cambios en el apetito o alteraciones del sueño.
Si usted o alguien cercano ha experimentado alguna de las reacciones enunciadas durante más de quince días, llame a su centro de salud para valorar si precisa una atención especializada.
Carinos y sonrisas
Irene
• La aparición de síntomas depresivos como desesperanza, irritabilidad, cambios en el apetito o alteraciones del sueño.
Si usted o alguien cercano ha experimentado alguna de las reacciones enunciadas durante más de quince días, llame a su centro de salud para valorar si precisa una atención especializada.
Carinos y sonrisas
Irene