Siempre les digo que la vida está llena de decisiones y que además de controlar esas múltiples decisiones, también podemos modificar nuestra percepción de esas "cosas que nos pasan". Decía el filósofo estoico que llegó a ser emperador romano Marco Aurelio (121-180), en su obra "Pensamientos", que "si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo".
Les he dicho muchas veces que la vida es nuestro personal sentimiento de las cosas que nos pasan, y que esos sentimientos están supeditados a nuestras actitudes y decisiones. Esas actitudes, esas decisiciones y esos sentimientos hacia las cosas que nos pasan forjarán nuestro éxito en la vida. Pero este éxito no sólo es medido desde el punto de vista social o profesional, sino también y principalmente desde el punto de vista personal.
Ayer hablabamos de "inteligencia emocional" que Goleman sintetiza de la siguiente forma: "Es la combinación entre talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso lo que conduce al éxito". que, en definitiva, es la "capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y, por último --pero no, por ello menos importante--, la capacidad de empatizar y confiar en los demás".
Por lo tanto, tenemos:
1) empatía, que según la Real Academia Española es la "participación afectiva, y por lo común emotiva, de un sujeto en una "realidad ajena" (que se entiende como los sentimientos de las demás personas).
2) saber "diferir las gratificaciones" es la capacidad de saber que para conseguir ciertos éxitos hay que saber esperar y trabajar por ellos.
Goleman dice que la educación es algo fundamental en la formación de la inteligencia emocional indicando que "si nos tomamos la molestia de educarles, nuestros hijos pueden aprender a desarrollar habilidades emocionales fundamentales".
Goleman dice que la educación es algo fundamental en la formación de la inteligencia emocional indicando que "si nos tomamos la molestia de educarles, nuestros hijos pueden aprender a desarrollar habilidades emocionales fundamentales".
Y lo bueno es que cada vez es más frecuente encontrar colegios que impartan clases de control emocional a sus alumnos!!!
Mañana seguiremos con el tema que tanta importancia tiene para mejorar el mundo que nos rodea. Cariños y sonrisas
Irene