Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas
emocionales derivadas de nuestros conflictos internos.
El silencio y la soledad permiten que aflore
nuestra verdad.
Basta con que de vez en cuando dediquemos un rato a estar
solos, sin ruidos ni distracciones, observando todas aquellas sensaciones que
vayan brotando en nuestro interior, por muy molestas y desagradables que sean.
Esta incomodidad –a la que solemos etiquetar como “aburrimiento”– pone de
manifiesto que no estamos conectados con nuestro corazón.
Y en vez de evitar a
toda costa entrar en contacto con nuestro malestar, el aprendizaje consiste en
armarnos pieza por pieza y de ese modo cconocernos,
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas