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jueves, 5 de agosto de 2010
La Sonrisa de Afuera y La Sonrisa de Adentro
Me gustaría hoy que estoy presente más temprano darles un artículo que es largo y dárselos en dos partes parte que no se aburran, pero vale la pena porque realmente es una forma de vivir mejor a partir de un pequeño gesto y un pequeñísimo esfuerzo.
Traten de llevarlo a cabo y veran como, realmente la vida mejora, se los digo por experiencia propia. Pero, yo lo aprendí con dolor, después de una depresión.
No es necesario pasar por eso para poder aprenderlo. Háganlo desde hoy y veran la diferencia:
" ¿Alguna vez has sentido que muchas cosas te están saliendo mal? Como que de pronto se nos da una temporada negativa. Las cosas salen mal y tenemos problemas en el trabajo, tenemos problemas con la cajera del Banco, que nos atiende, vamos a comer y tenemos problemas con el mozo, camino a casa, problemas manejando el coche. Y luego problemas en la casa, pleitos con la familia, pleito con la pareja y hasta pleito con los amigos cuando queremos huir de todo.
Esa temporadita de unos cuantos días en que las cosas de plano no funcionan. Y algunas veces esta mala racha o “mala suerte” como podríamos llegar a pensar, se repite y va durando más y más. A veces ni siquiera nos damos cuenta cómo nuestra personalidad se va amargando o estresando y cómo nos vamos acostumbrando a un estado de ánimo tenso y a una vida problemática.
Lo más impresionante de todo es que muchísimas veces, casi todas, somos nosotros mismos los que perpetuamos los problemas que quizá empezaron de manera casual y que nosotros arrastramos sin quererlo a diferentes áreas de nuestra vida. Somos nosotros los que nos complicamos la vida, por decirlo de una manera, 80% más de lo que la vida es complicada y problemática en sí. Sobre todo en estas etapas de “mala suerte”.
Esto es importante porque quiere decir que si supiéramos cómo hacer para evitar esas actitudes propias que nos complican la vida, evitaríamos el 80% de nuestros conflictos y aumentaríamos nuestra alegría, bienestar y disfrute de la vida en un 80%.
Y lo más impresionante es que esto es real y ha sido comprobado una y otra vez por las personas que han encontrado la manera de hacerlo.
¿Y cuál es el secreto? Bueno, esto es lo más increíble es que es muy simple, se llama: sonrisa.
“A ver, entonces, el escrito de hoy es uno de esos simplistas y motivacionales que me va a decir que si sonrío mi vida va a cambiar y todo será bonito y color de rosa”.
Bueno, no exactamente. Aunque es cierto que tu vida va a cambiar enormemente, queremos darte una serie de tips que hacen de esta idea bastante famosa en los círculos del optimismo y la motivación algo verdaderamente impactante y contundente.
Y vamos quitándole lo simplista al mito.
No se trata nada más de sonreír y entonces tu vida va a cambiar. Se trata de activar en ti un montón de actitudes y cambios que sí se vuelven el motor de muchas diferencias en tu vida. Pero tienes que entender cómo es que la sonrisa interactúa con tu autoestima y tu nivel de estrés para que te resulte realmente bien.
En realidad no existe sólo un tipo de respuesta llamada sonrisa. Existen dos grandes tipos de sonrisas. La sonrisa de afuera y la sonrisa desde adentro, y claro está que cada una de estas tiene cualidades diferentes, aunque se relacionan entre sí.
La sonrisa externa es sencillamente el movimiento facial de los músculos que dibujan la sonrisa en la cara. Esto lo podemos hacer sin problema voluntariamente cuando decidimos que queremos mostrar una sonrisa y la creamos nosotros.
La sonrisa interna es espontánea. Es la que nace sin que lo decidamos. Claro que usa varios de los mismos músculos de la cara que la sonrisa voluntaria, pero también usa otros músculos y otras zonas cerebrales diferentes. El secreto para obtener resultados positivos con esta fórmula es que hay que saber usar las dos sonrisas.
Hay estudios comprobados de algo que se llama “control emocional por retroalimentación facial” propuesto por un investigador llamado Sylvan Tomkins. No importa que el nombrecito sea complicado, ahora te diremos qué es lo importante. Resulta que cuando movemos voluntariamente los músculos de nuestro rostro y ponemos cara de enojo, nuestro cerebro reconoce que tenemos cara de enojo y empieza a generar un estado emocional de enojo. Si ponemos cara de tristeza, el cerebro facilita los procesos emocionales de tristeza y si ponemos cara de alegría, si sonreímos, nuestro cerebro nos facilita sentir emociones de alegría.
Por supuesto esa emoción de alegría no es muy profunda y es fácilmente destruible por otra emoción más fuerte como un enojo o una tristeza. Es por esto que sentimos que la idea simplista de “sonríe y tu vida va a cambiar” no es realmente útil frente a problemas grandes de la vida. Cuando estamos en un problema, si nos dicen “sonríe”, sentimos que estamos fingiendo la sonrisa y que nuestra emoción de enojo, preocupación, ansiedad, tristeza o depresión sigue ahí.
Pero ¿qué crees? Que si mides las respuestas cerebrales cuando estás preocupado sin fingir la sonrisa y cuando estás preocupado fingiendo la sonrisa, el nivel de preocupación sí baja y el nivel de relajación sí aumenta, lo que pasa es que el cambio de las emociones no es lo suficientemente grande para que lo podamos percibir.
Así que la sonrisa de afuera (o voluntaria) sí provoca una diferencia, pero no es útil a menos que sepas cómo usar esa diferencia. Y aquí viene la utilidad de la sonrisa interna. Como dijimos, esa es resultado de un verdadero estado de ánimo positivo. Bien, pues resulta que también está comprobado que las respuestas emocionales se hacen hábito y que cuando tienes una costumbre emocional de mantener un ánimo positivo, es muy fácil que se despierten en ti emociones positivas con una pequeña señal positiva que tu cerebro registre.
En resumen, la sonrisa de afuera es como un botón que sirve para activar la sonrisa de adentro. Y la sonrisa de adentro se hace cada vez más fuerte y se dispara con más facilidad mientras más constante sea tu intención de generar en ti una emoción positiva. No tiene caso explicar cómo funciona este círculo virtuoso aquí, pero créeme que la sonrisa de afuera despierta a la de adentro y la de adentro hace cada vez más efectiva a la de afuera para despertar un verdadero estado de ánimo positivo.
Claro está que la sonrisa de adentro tiene más fuerza mientras más bajo esté tu nivel de estrés y ansiedad y mientras más alto esté tu nivel de bienestar personal, tu comodidad contigo mismo y tu autoestima.
A todas las personas que vayan haciendo la costumbre de sonreír, la vida les va a cambiar, pero por supuesto, qué tan rápido y qué tan grandes son los cambios depende de que tanto hayan cultivado dentro de ellos estas actitudes y emociones positivas de bienestar y autoestima. (Y esto no quiere decir que a las personas con buena autoestima les funciona muy bien lo de la sonrisa, tampoco les funciona al principio. Lo que quiere decir es que si haces un trabajo para fortalecer la autoestima, no importa el nivel en el que esté, el efecto de la sonrisa es cada vez más poderoso y más cambios positivos se desencadenan en tu vida).
Por esto es que las personas que se interesan en trabajar sobre su nivel de estrés, sus actitudes para enfrentar la vida y su autoestima, aún y cuando no hayan logrado grandes cambios en esas áreas, viven grandes cambios en sus vidas cuando hacen el uso de esta poderosa llave a la vez tan secreta y tan conocida: la sonrisa. Los que no hacen ese trabajo también viven los cambios, pero son más lentos y no se dan cuenta de ellos.
La sonrisa es mucho más poderosa e importante de lo que creemos, pero esta frase no la decimos para que suene bonita, la decimos como una verdad científica. Los que hacen hábito de la sonrisa, viven cambios muy positivos y avanzan más rápidamente en su desarrollo personal, y por supuesto suelen disminuir ese 80% de conflictos de vida de los que hablamos.
Ya hemos dicho que la sonrisa activa en el cerebro muchas funciones asociadas con nuestros estados de ánimo positivos. Por supuesto, esto facilita que nuestro estado emocional se haga cada vez más placentero y se fomenten emociones como la de seguridad, alegría o entusiasmo mientras se van debilitando respuestas de tipo agresivo o depresivo.
Así pues, sabemos que desarrollar el hábito de responder con una sonrisa (aunque sea la actitud interna de sonreír sin que lo hagamos externamente) frente a las diferentes situaciones de la vida genera importantes cambios positivos en nuestras emociones y pensamientos. ".
No se olviden que falta la mitad del artículo, así que nos "vemos" más tarde!!!!!!
cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas