Buen día!!! Cómo están? Yo, realmente espero que estén maravilloso y no porque no hay sol, me contesten: - estoy como el tiempo, un poco nublado...
No se olviden, que detrás de las nubes, siempre brilla el sol!!!
Hoy vamos a hablar de felicidad responsable y lo que sigue está tomado de "Milagros que cuenta la gente."
Cuantas veces nos hemos preguntado: por qué no somos felices? Por qué todo nos sale mal? Por qué estamos solos? Por qué a mi? Pareciera que nadie nos entiende, sufrimos un gran dolor y uno no ha hecho nada.
Ocurre de pronto, descubro que ante la adversidad, yo soy responsable de ella. Esta vez no busco culpables. Tomo mi parte y veo que es muy grande, siempre lo he sabido, mi proceder causa mi infelicidad y la de quienes me aman y corro el peligro de que ya no me amen.
En realidad la causa de mi infelicidad no es tan grave, tiene remedio, son esas cosas que hago mal y nunca debí de hacer. Porque he pensado solo en mi y no es correcto, aprendí mal y ahora debo cambiar.
Si hoy soy infeliz, me aferro y no quiero cambiar, nadie tiene la culpa, solo yo. Si la infelicidad se ha repetido una y otra vez, y muchas personas que me aprecian coinciden que las he lastimado, deprisa hoy debo cambiar.
En mi lista de males hay sentimientos adversos, quiero curarlos, borrarlos, veré que hacen los que son felices, quiero ser como ellos.
Ahí pasa alguien, es muy famoso, nació hace mucho, en su cara se refleja bondad, quiere todo lo bueno, siempre ayuda, escucha, está atento, comparte lo que tiene, llama las cosas por su nombre y en sus actos aplica justicia, solo cultiva pensamientos que paz, distingue y separa con energía lo que es adverso a la armonía, cuida a los niños, a los indefensos, a las mujeres y hombres,sin hacer distinción.
Él cura a los enfermos de cuerpo y de alma, solo los toca y ocurre.
Me mira a los ojos, sonríe, no siento miedo, su mirada me recuerda uno a uno mis errores y veo lo que sus ojos miran, sí, las causas que me hacen infeliz y tienen que ver conmigo.
No me hace ningún reproche, de pronto me da pena con mis errores, mis despilfarros, mis flojeras, mis deslices secretos.
Él no dice nada, su mano cálida aprieta la mía, sus ojos reflejan mi rostro y sé que él siente por mi.
En realidad desde el primer día de mi vida he tenido todo para ser feliz, pero he tomado la ruta corta y no he guiado bien mi vida, nadie tiene la culpa de lo malo que a mi me ocurra. Lo pasado, pasado es, debo perdonar los agravios y a los que ofendí pedir disculpas. Lo que sigue hacerlo de la manera correcta. Él me mirando y sonríe, sin palabras me dice:
“Sí... De la manera correcta, con Amor en todas las cosas.”
Camina, voltea, me mira, sonríe, le digo hasta pronto. El amor todo lo puede, debo dar amor sin pedir nada a cambio, pronto la felicidad estará siempre a mi lado".
Espero que esta reflexión les sirva para despertar, a su vez, la introspección, para que se den cuenta de cuantas veces somos los únicos responsables de nuestra infelicidad. Corríjanlo hoy, hoy es el día!!!!
besos y cariños
Irene
hay cosa tan nobles me siento tan feliz de ver como los niños saben tanto de la felicidad y en un segundo los adultos la podemos borrar irresponsablemente no nos damos cuenta que la inocencia y simplicidad tanbien es felicidad .tambien besos y cariños. verito7
ResponderEliminares que cuando crecemos perdemos, un poco, la capacidad de estar en el aquí y el ahora, que los niños si tienen.
ResponderEliminarHay que recuperarlo!!!!
cariños miles
Irene