Si bien el ser escéptico puede ser una forma saludable de evitar que se aprovechen de nosotros, siendo pesimistas - es decir, siempre asumiendo lo peor – podemos tener importantes consecuencias negativas en nuestra vida.
Ver sólo los aspectos negativos de cualquier situación puede hacer que dejemos pasar oportunidades, los problemas de abandono que necesitan ser resueltos, y no adoptar medidas que de otra manera mejoren nuestras relaciones y calidad de vida.
Los optimistas buscan la luz al final del túnel. Si siempre hemos tenido una visión del mundo pesimista, puede ser difícil cambiar el enfoque, pero es posible empezar a ver el vaso medio lleno, no medio vacío.
Abandonemos el supuesto de que el mundo está contra nosotros, o que nacimos con una nube gris sobre la cabeza. Es una suposición que no tiene base en la razón o la ciencia. A veces se tomó ese aire de pesimismo de unos padres que partían de hipótesis negativas acerca del mundo en algún momento. De cualquier manera, mientras más pronto se pueda atribuir nuestro pesimismo a un conjunto único de circunstancias, más que el estado del mundo en sí mismo, más fácil será cambiar nuestra perspectiva.
Hagamosmo, pero hagamoslo pronto y nuestra vida mejorará.
Hasta mañana, feliz domingo.
Cariños y sonrisas
Irene
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