¿Tenemos algún sueño? Deberíamos, porque los sueños y proyectos de futuro le aportan energía y entusiasmo a nuestra vida.
Pero cuidado, porque los sueños pueden ser tanto un estímulo como una trampa para el estancamiento. ¿Cómo saberlo?
Preguntemos si estamos haciendo algo para realizar nuestro sueño, es decir, si nuestro objetivo está ya en proceso, o bien si lo utilizamos meramente como una forma de resignación (eso es lo que me gustaría hacer, si pudiera) para justificar por qué no encontramos satisfacción en tu vida.
Un ejemplo del primer caso es cuando una niña sueña con que de mayor será actriz o periodista o médica o astronauta, y la vida que hace está llena de gestos e intenciones en esa dirección: aprende sobre el tema, empieza a practicar (hacer su sueño realidad) a la menor oportunidad, etc.
Un ejemplo del sueño-trampa es cuando una persona que vive y trabaja en la ciudad asegura que su ideal sería vivir en la montaña rodeada de caballos, pero no hace el menor gesto en esa dirección (ni en relación a la montaña ni a los caballos); o cuando asegura que su ideal de vida feliz sería vivir viajando, sin embargo, su día a día (incluso en vacaciones) es marcadamente sedentario.
Presta atención, porque el sueño-trampa nos permite acomodarnos en la insatisfacción y nos da permiso para la queja y los fracasos reiterados (no aprender nada de la experiencia), porque acaba siendo utilizado como respuesta a todos los males.
Cariños y sonrisas
Irene
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas