La sonrisa forma parte de nuestra naturaleza como humanos, somos la única especie que sonríe y lo hacemos desde el nacimiento.
La sonrisa activa los receptores del placer biológico y define cómo los demás nos ven y nos perciben.
Tiene un gran impacto en cómo nos sentimos.
A mediados del siglo XIX, el neurólogo francés Guillaume Duchenne investigó y catalogó los diferentes tipos de expresiones faciales, entre ellas la sonrisa.
Para él, la verdadera sonrisa es la que llega de forma espontánea y refleja un momento de felicidad inconsciente.
Duchenne también inspiró a Charles Darwin a realizar una investigación sobre las sonrisas con sus propios hijos que le llevó a escribir una teoría que señalaba que dicha expresión facial intensificaba las emociones y la supresión de ésta disminuía la respuesta emocional.
Las sonrisas provocan bienestar y hacen que los demás sonrían.
Nos hacen agradables a los ojos de los demás y también más competentes.
Confiamos en las sonrisas, por eso las sonrisas de los niños son extraordinarias e irremplazables.
Un buen reto es extraer de las personas su mejor sonrisa, será una confirmación de que la nuestra es igual de efectiva.
Sonrían más!!!!
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas