Antes de convertirse en superhéroes eran personas con las que fácilmente nos podíamos identificar. Despiertan en nosotros simpatía porque en un momento clave de sus vidas son dañadas, sufren alguna desgracia que marca un antes y un después en su historia vital.
La vida está llena de altibajos. Nadie nos puede asegurar que la nuestra vaya a ser tranquila y feliz. Todos nosotros hemos pasado por un pequeño bache o incluso por una gran adversidad. El modo en cómo los afrontamos determina nuestra historia y nuestra calidad de vida posterior.
Los superhéroes nos recuerdan cómo, ante las dificultades, podemos salir fortalecidos e incluso cambiar nuestra vida. Quizá vayamos al cine para recordar que seguimos teniendo el poder de elegir y cambiar nuestro rumbo.
Pero, en la otra cara de la moneda nos encontramos con los villanos. No habría superhéroes sin villanos contra los que luchar. Ellos también han vivido dificultades, tienen su propia historia personal basada en alguna dolorosa pérdida o un trato injusto en el pasado. También justifican la lucha debido a su dura historia personal, sin embargo, han escogido un camino completamente diferente al de nuestro héroe.
Por lo que todo se resume en ‘elecciones’: la elección de dejarse llevar por la pena o la elección de aprender y levantarse.
Cariños y sonrisas
Irene
Cariños y sonrisas
Irene