"La Infidelidad masculina básicamente plantea a un hombre inmaduro, que la toma como un complemento a su relación, en vista de su dificultad a la fidelidad o a poder profundizar en una relación. Dentro de este tipo están también aquellos que lo hacen para agredir a la pareja frente al compromiso, haciendo sentir a su mujer que ellos no se sienten limitados al matrimonio, manteniendo una puerta abierta de escape para la aventura ante situaciones de su desagrado dentro del hogar.
La infidelidad femenina al igual que en el varón se produce por el temor al compromiso, por no sentirse lo suficientemente involucrada con su compañero en el plano afectivo-comunicacional. Dentro de las mujeres infieles están aquellas que han tenido una sola pareja en sus vidas y pasado los 35 a 40 años, sienten la curiosidad de experimentar sexualmente con otros hombres. Hay algunos tipos de infidelidad femenina en que la mujer lo hace con el objeto de manifestar su desprecio por la figura masculina, usando al hombre y teniendo la sensación de control, generalmente por una situación de venganza ante episodios de su infancia provocados por su padre u otros hombres. Muchas veces son mujeres frígidas, que hacen todo el espectáculo frente a sus amantes, sintiendo en su fuero interno que son ellas las que dominan la situación y cuando quieren se deshacen del hombre.
También dentro de las infidelidades se debe tener en cuenta la historia familiar de las personas, en familias donde el padre ha sido infiel, generalmente sus hijas en sus propios matrimonios empujan a sus maridos a ello, como para repetir la fatalidad de sus padres.
En un estudio hecho por el sicólogo y sociólogo Giorgio Agostini a una muestra de un total de 287 parejas, entre 18 a los 65 años. Los resultados obtenidos fueron que un 90% de los hombres manifestó en alguna etapa de su vida en pareja haber sido infiel en cualquiera de los tipos de infidelidades antes mencionadas. En el caso de las mujeres la cifra llegó a un 60%.
La figura del amante puede ser... bien un episodio meramente transitorio, o bien algo serio y con indicios de permanencia, pero tengamos en cuenta, que según las estadísticas, el 37% de las infidelidades son aventuras de una sola noche y apenas el 12% de ellas duran más de un año.En la decisión del paso hacia la infidelidad ha de sopesarse no sólo el brillo placentero de un flirteo o una "canita al aire" con un cuerpo nuevo, sino el futuro de esa nueva relación que nace y que puede amargar la vida de los tres implicados y casi siempre, tres que terminan doloridos.
En toda relación debe primar el respeto por el otro, el proyecto de vida que define la vida en pareja, el mutuo cuidado. En fin, todas esas cosas que nos hacen tener un semáforo en rojo en la mente antes de decidir ser infieles.
Cariños y sonrisas
Irene
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