sábado, 15 de octubre de 2011

Aprendamos a querernos a nosotros mismos

Buenos días, hoy les escribo tempreno porque no voy a estar cerca de una computadora más tarde: tengo un casamiento, lejos de mi, casa a la tarde.
Yo siempre les insito en el tema de que uno debe quererse a si mismo para poder querer a los demás. Fijense en las indicaciones de seguridad que se dan el avión que se dan en el avión: si vamos con un niño y la cabina se despresuriza y caen las mascarillas de oxígeno, primero debemos ajustarnos la nuestra y luego ocuparnos del niño. Y ésto es porque si nosotros no estamos bien, mal podemos ocuparnos de otro. 
Por lo tanto, nadie alcanzará la felicidad si no es capaz de sentirse querido. Pero para que eso ocurra, primero debemos empezar por querernos nosotros mismos. No podremos sentir amor por otra persona si antes no nos preocupamos por sentir amor por nosotros mismos. Un buen consejo para empezar a querernos es hacer cosas que nos hagan sentir completos y felices. Un rasgo muy común es que las personas se esfuercen por cumplir con su entorno descuidando sus prioridades y necesidades. Ese tipo de actitud solo logrará desgastar nuestro espíritu y no obtendremos nada positivo a cambio. Amar a los demás y sentirnos amados es un componente clave de la felicidad. Pero nada de eso ocurrirá verdaderamente si no empezamos a querernos a nosotros mismos.

Póngamos en marcha, para nuestro beneficio y para el de los demás, el siguiente círculo virtuoso
1. Porque nos queremos nos sentimos muy bien, a gusto con nosotros mismos. A los demás, entonces, les resulta fácil querernos.
2. Quererse y saberse querido hace que nos sintamos plenamente felices.
3. Y sentirse plenamente feliz provoca que, naturalmente, irradiemos amor hacia los demás y hacia nosotros mismos.
Feliz fin de semana y hasta mañana.
Cariños y sonrisas
Irene



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Cariños y sonrisas