Esta es una de las leyes más profundas de la vida, todo el aparato científico depende de esto: todo se basa en la relación de causa-efecto.
Se genera la causa y a ésta le sigue el efecto.
La vida es un nexo causal. Plantamos la semilla en el suelo y brota. Si la causa esta allí, la sigue el efecto. El fuego está allí: ponemos la mano en él y nos quemamos. La causa está allí, y sigue el efecto.
Es una de las leyes científicas más elementales: que la relación causa-efecto constituye el nexo más íntimo de todos los procesos de la vida.
Y no es sólo que plantamos una semilla en el suelo y brota un árbol. Dejen que haya un árbol y tendremos millones de semillas.
Si la causa es seguida por el efecto, éste nuevamente es seguido por la causa. Ésta es la cadena. Entonces, se transforma en un círculo: por donde quieran que comiencen, genera la causa y el efecto.
Y a veces es más fácil producir el efecto, pues éste depende completamente de nosotros; la causa puede no depender tanto de nosotros. Si decimos que sólo podemos ser felices cuando determinado amigo está cerca, esto depende de este amigo, de la posibilidad de que esté allí o no. Si decimos que no podemos ser felices hasta que no consigamos un completo bienestar económico, esto depende del mundo entero y de la situación económica. Tal vez esto no suceda, y entonces no podremos ser felices.
La causa está más allá de nosotros, mientras que el efecto está en nosotros.
La causa está en lo que me rodea, en las situaciones: está afuera. mientras que, muchas veces, el efecto somos nosotros. Si podemos generar el efecto, la causa se producirá. Elijamos la felicidad (esto es que estamos eligiendo el efecto) y luego observen qué pasa. De inmediato, cambiará toda nuestra vida y verán que ocurren milagros a nuestro alrededor, pues ahora han generado el efecto, y las causas tendrán que producirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas