Hoy vamos a hablar de los preocupados, aquellos que se preocupan tanto, que se preocupan hasta por preocuparse demasiado. Al final, si se preocupan tanto por lo que va a suceder mañana, ¿cuándo van a tener tiempo para vivir el día de hoy? Además, como la palabra misma lo dice: es pre-ocupación, es ocuparse anticipadamente de algo que ni siquiera sabemos que va a ocurrir. Hay, más bien, que OCUPARSE de lo que sucede y solucionarlo.
Les traje algunos consejitos que me parecieron indicados:
Vivan el momento, siempre que puedan. La preocupación es algo que hacemos cuando pensamos en las cosas malas que podrían ocurrirnos en el futuro. Pero, como no es práctico el no pensar en el futuro en absoluto, si tenemos alguna responsabilidades, veremos que hacer:
- Hacer frente a las preocupaciones rápida y frontalmente, así podremos anticiparnos a los problemas y planificar algo sin necesidad de preocuparse. La clave es que cuando la preocupación llega a la cabeza, hay que abordarla o resolverla inmediatamente de alguna manera, y luego dejar que se vaya. Por ej., nos preocupa mucho si hay un incendio en la casa, sentémonos, tan pronto como sea posible, los pasos a seguir en tal caso.
- Otro enfoque es hacer una lista de todos los miedos que nos preocupan. Repásarlos, uno por uno, y hacer los planes correspondientes. Luego...
- Sigue adelante. Una vez que desarrollemos un plan razonable, y nos comprometemos a seguirlo, no hay necesidad de insistir más en esa preocupación más. Dejémosla ir!!
El peligro de preocuparse es que cuando un escenario que nos da miedo, persiste en nuestra cabeza. Claro, siempre se puede hacer más, como anticiparse a cada uno de los resultados posibles, y tomar todas las medidas posibles para evitar que suceda cada uno de los resultados no deseados, pero, en ese caso, nos pasamos la vida impidiendo que ocurran cosas malas, en lugar de disfrutar de las cosas buenas que han sucedido ya. Y todo ello, ¡sin conseguir ni ser capaz de evitar que sucedan todas y cada una de las cosas malas!
Tal vez tengamos que aprender a estar cómodos con el riesgo. Si suponemos que hemos hecho lo suficiente para disminuir las posibilidades de que ocurra algo, digamos, un 85%, aceptemos que eso es suficientemente bueno.
Simplemente, en la vida no hay garantías para todo!
Muuuuchos cariños,que pasen un día espléndido, cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas