Muchas veces, nuestras decisiones las basamos en el sentimiento únicamente -“tengo ganas de”-, ya que sabemos que si las analizamos racionalmente no lo haríamos.
C. S. Lewis decía en su libro, Una pena en observación: “Sentimientos, sentimientos, sentimientos. Vamos a ver si en vez de tanto sentir, puedo pensar un poco. Los extremos son malos.
En el otro lado, el científico, encerrado en su laboratorio, en su burbuja insípida y cerebral, piensa tanto que se olvida de sentir.
Pienso, ¿no se podrá pensar y sentir a la vez, sentir y pensar indistintamente? ¿Lo tenemos que presentar y experimentar como una polaridad excluyente? ¿No son dos facultades complementarias? ¿Se puede vivir sin pensar, sin sentir?”
Para ser felices necesitamos en primer lugar PENSAR Y SENTIR, trazar nuestro plan a futuro y saber como queremos vivir de aquí a los siguientes 5, 10, 15 años y enfocarnos en conseguirlo. Desconfiemos de lo que nos promete éxito sin esfuerzo.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas