Paradójicamente en mindfulness la misma práctica se transforma en el fin. Suena contradictorio realizar la práctica de vivir más presentes y alertas para poder estar más presentes y alertas en el futuro.
Podemos entender la práctica de mindfulness como un modo de mirar profundamente nuestra
propia experiencia, como un des-aprendizaje, más que un adquirir información nueva. Es un detenerse para dejar de buscar fuera de nosotros mismos o para perseguir promesas de un bienestar futuro; es una práctica que nos invita a reconocer la experiencia viva del momento presente.
Ahora, en este instante, si nos parece, podemos practicar el detenernos, el serenarnos y soltar. Dejando de buscar, observando amablemente nuestra propia experiencia, sin agregar ni quitar nada de ella, se abrirá entonces una oportunidad de comenzar de nuevo, de abrazar nuestra experiencia desde la mirada de la aceptación total.
cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas