sábado, 28 de diciembre de 2013

Balance de fin de año

Todos los años que empiezan sugerimos cambios en nuestras vidas. Loti Arias Bernal, psicóloga especialista en pedagogía, dice que al final las personas pensamos en calificar nuestro año y, por alguna razón tendemos a enfocarnos en lo malo, lo cual crea situaciones depresivas que consumen nuestra energía emocional en diciembre. “Parte de ver las cosas muy buenas del año que se termina es pensar en que la felicidad reside no solo en los grandes acontecimientos, sino en esas pequeñas cosas que se comparten con los que más amas aquí y ahora”, agrega Arias Bernal. A continuación recogemos los consejos que nos dan estas dos profesionales para hacer un balance de lo que se hizo en el año. 1.- Meditemos en un ambiente tranquilo por espacio de media hora con respiraciones profundas y en una postura cómoda concentrando nuestra atención mental en todos los buenos momentos del año. 2.- Hagamos una lista de todos esos momentos, describiendo brevemente la situación o cosa que nos hicieron muy felices. Repetimos, no olvidemos las pequeñas porque detrás de ellas se esconden cosas grandes. 3.- Al frente de cada acontecimiento escribamos por qué es importante ese acontecimiento para nuestra felicidad y de qué forma puede afectar positivamente un plan para el próximo año. Ese plan pongámoslo en la lista de propósitos para el año que viene. 4.- No olvidemos también analizar y escribir qué acciones realizamos o debemos realizar para que ese objeto o esa situación llegue a nuestra vida. "Es importante darse cuenta de que somos artífices de nuestra felicidad y dejarlo plasmado para la posteridad y así evitar autorreporches que en nada contribuyen a nuestra felicidad", afirma la terapeuta Arias Bernal. 5.- Y además hagamos la lista de aquello que no pudimos cumplir y en frente de cada meta no cumplida escribamos cuál fue la razón o razones (nuestras actitudes) por las que no pudimos llevar a cabo ese propósito. Acto seguido, hay que ponerle una fecha para el año siguiente y escribir el compromiso de cambiar aquella mala actitud que impidió nuestro sueño. “Este ejercicio se trata de hacer consciente que lo bueno es mucho más que lo malo y que, en definitiva, lo malo solo se cambia nutriéndonos de todo lo bueno que recibimos”, afirma la psicóloga Gómez cariños y sonrisas Irene

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Cariños y sonrisas