Todos tomamos
decisiones con frecuencia, unas más trascendentes que otras. Y esas decisiones
tienen consecuencias, que unas veces son favorables y otras no.
Partiendo de ahí,
vamos a detenernos en cuatro “trampas” que, a veces, pueden empujarnos a tomar
alguna decisión inconveniente.
1. Creencias
arraigadas
Si partimos de
premisas erróneas lo más probable es que tomemos la decisión equivocada.
Por ejemplo, cuando
alguien no se arriesga a involucrarse en una relación porque cree que no merece
ser amado o cuando alguien se conforma con un trabajo que no le gusta, porque
cree que no merece algo mejor.
Esas creencias son
un auto-sabotaje y nos separan de lo que quizás podría haber sido una buena
decisión.
Ser conscientes de
que nos están influyendo es el primer paso para dejarlas atrás.
2. Incertidumbre
La incertidumbre
causa ansiedad, por la falta de control que se experimenta. Es una situación
realmente incómoda, muy estresante. Esto hace que, a veces, con tal de
librarnos de esas sensaciones, nos apresuremos a la hora de tomar la decisión
que sea. Y puede que no sea la más acertada.
La solución en
estos casos pasa por darnos el tiempo necesario para decidir, con calma.
3. Miedo irracional
Cuando algo nos
asusta tantísimo que dejamos a un lado la lógica, el miedo toma la decisión por
nosotros.
Muy de mano con la
incertidumbre, la manera de afrontar la situación pasa por ser capaces de
tranquilizarnos lo suficiente como para poder analizar y sopesar los riesgos,
sin olvidar las ventajas de cada opción que tengamos disponible.
4. Gratificación a
corto plazo
Vivir el momento
presente es maravilloso, pero siempre teniendo en cuenta que hay decisiones de
ahora que arrojan consecuencias a medio o largo plazo.
Por ejemplo, cuando
alguien decide fumar compulsivamente para aliviar la ansiedad, sin pensar en
cómo repercutirá en su salud, o cuando alguien se queda la tarde entera viendo
la televisión, porque es más divertido que terminar una tarea importante.
Por eso, no está de
más que nos detengamos a pensar en los posibles efectos de las decisiones que
tomamos. Ya que algunas de ellas, que parecen insignificantes, pueden
acarrearnos consecuencias indeseadas.
Cariños y sonrisas
Irene
Cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas