“La atención de la meditación trascendental sentada es la misma que aplica el niño cuando está quieto escuchando el sonido de la lluvia o la silenciosa caída de la nieve” (James Hewitt).
No se trata de un estado intelectual, la meditación se basa
en el uso del pensamiento para dejar de pensar y enfocarse en dejar que
cualquier pensamiento fluya sin ponerle el mas mínimo de atención, al cabo de
unos minutos estos pensamientos se empiezan a disolver y el cuerpo entrará en un estado de relajacion
• Fijamos nuestra atenciòn a la respiración, No la dirijamos, dejémosla fluir con naturalidad por la nariz, con la boca cerrada. Observemos como se produce este proceso sin intervenir en absoluto.
Observemos cuando nos llenamos y cuando nos vaciamos, cuando entra el aire rozando las aletas de la nariz y cuando sale algo más caliente.
Notemos si nuestra respiración es larga o corta, agitada o relajada, profunda o superficial.
Intentemos percibir ese instante de quietud en el que la inhalación llega a su fin y a la quietud antes de convertirse en exhalación. En ese punto de equilibrio cuando la inhalación concluye para convertirse en exhalación o cuando ésta termina para convertirse en inhalación, es cuando todo se serena.
• Para mantener la mente pendiente de la respiración, dejemos que todos los pensamientos que nos llegan a la mente, salgan de ésta como el aire que respiramos.
• También podemos contar las inhalaciones en ciclos de 1 al 10 con el fin de ir mejorando la concentración. Al exhalar no contemos. Nos puede ayudar el visualizar el número cada vez que inhalamos. Cuando exhalemos borramos la imagen del número. Si perdemos la cuenta por desconcentración, empecemos, sin problema, a contar desde el principio.
• Alternativamente podemos llevar nuestra concentración al movimiento del vientre con cada respiración, sintamos como el abdomen se hincha y como se contrae.
• Si te distraemos o sentimos alguna molestia en nuestro cuerpo, observémoslo sin emitir ningún juicio ni análisis, sin entrar en el agrado o desagrado de lo que nos ocurre.
Luego volvamos, dulcemente a la concentración principal en nuestra respiración.
Espero que les sirva: es fácil lograrlo
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas