Sabemos que el término “analfabetismo” tiene una connotación negativa, pero no podemos llamar de otro modo a una realidad psicosocial más que evidente.
Es bastante común encontrarnos con personas con una nula capacidad para controlar sus emociones, su frustración, su enfado… Son como niños de 3 años enfadados por no obtener aquello que desean, situados por completo en su pensamiento egocéntrico.
Veamos qué caracteriza al analfabetismo emocional.
1.-Incapacidad para entender y manejar las propias emociones, falta de autoconciencia emocional
2.-Dificultad para comprender las de los demás.
Reaccionan de forma desmedida ante cualquier problema, se sienten agobiados y superados ante cualquier dificultad, sea pequeña o grande.
No empatizan, son incapaces de situarse en la mirada ajena, de comprender realidades diferentes a la suya.
Sus habilidades sociales son muy rígidas y aunque en ocasiones pueden desenvolverse, les falta sensibilidad, asertividad y esa cercanía auténtica con la que crear lazos significativos y no solo relaciones motivadas por el interés personal.
Por otro lado, los costes del analfabetismo emocional pueden ser enormes: pensamiento polarizado, represión, racismo o sexismo, narcisismo, necesidad obsesiva por tener la razón…
Asimismo, hay un dato no menos importante que conviene recordar.
Es bastante común encontrarnos con personas con una nula capacidad para controlar sus emociones, su frustración, su enfado… Son como niños de 3 años enfadados por no obtener aquello que desean, situados por completo en su pensamiento egocéntrico.
Veamos qué caracteriza al analfabetismo emocional.
1.-Incapacidad para entender y manejar las propias emociones, falta de autoconciencia emocional
2.-Dificultad para comprender las de los demás.
Reaccionan de forma desmedida ante cualquier problema, se sienten agobiados y superados ante cualquier dificultad, sea pequeña o grande.
No empatizan, son incapaces de situarse en la mirada ajena, de comprender realidades diferentes a la suya.
Sus habilidades sociales son muy rígidas y aunque en ocasiones pueden desenvolverse, les falta sensibilidad, asertividad y esa cercanía auténtica con la que crear lazos significativos y no solo relaciones motivadas por el interés personal.
Por otro lado, los costes del analfabetismo emocional pueden ser enormes: pensamiento polarizado, represión, racismo o sexismo, narcisismo, necesidad obsesiva por tener la razón…
Asimismo, hay un dato no menos importante que conviene recordar.
El analfabetismo emocional, es decir, esa falta de recursos psicológicos y mecanismos emocionales con los que manejar mejor dimensiones como la tristeza, la rabia, el miedo o la decepción, nos hace a su vez mucho más vulnerables a una serie de trastornos mentales.
Así es como la depresión o los estados de ansiedad crónica son muy comunes en los analfabetos emocionales, porque tienen poca o nula habilidad para gestionar mejor esos estados internos.
Miremos hacia dentro nuestro y veamos como andamos "por casa" y acordémonos que está en nosotros y nuestra actitud desarrollar la inteligencia emocional
Cariños y sonrisas
Irene
Así es como la depresión o los estados de ansiedad crónica son muy comunes en los analfabetos emocionales, porque tienen poca o nula habilidad para gestionar mejor esos estados internos.
Miremos hacia dentro nuestro y veamos como andamos "por casa" y acordémonos que está en nosotros y nuestra actitud desarrollar la inteligencia emocional
Cariños y sonrisas
Irene
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas