Imaginémonos una taza que una vez que se encuentra llena, lo que hace es rebalsar y mojar a su alrededor.
Con el amor propio es lo mismo.
Una persona que se ama, cuida y acepta a sí misma, contagiará lo mismo a su alrededor; vivirá su amor en abundancia.
Por el contrario, para una persona egoísta el amor es escaso y limitado, por eso lo quiere para sí, como si se tratara de una posesión, y sin importarle los demás a su alrededor.
Lo que quiere es llenar su vacío interior a toda costa.
Carinos y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas