Seguro que en más de una ocasión hemos experimentado la sensación de encontrarnos frente a una persona que es incapaz de hablar de sí misma, que no exterioriza sus sentimientos ni sus vivencias y siempre que habla, lo hace para contar algún hecho externo a sí misma o para contar alguna anécdota o asunto cotidiano.
Por el contrario, en otros momentos también habremos conocido a personas con las que la conversación podría durar horas porque ambos tenéis muchas cosas que contaros de vuestra intimidad.
Hablar de uno mismo con otra persona es necesario, ya que así, además de conocernos mejor, podemos obtener otra perspectiva de aquello que nos afecta y además, también nos concedemos el derecho de mostrarnos tal y como somos ante alguien que es especial ya sea en forma de amor o amistad.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas