Estas no tienen por qué llegar solo con cuestiones trascendentales.
Son tremendamente descriptivos comentarios como “tiene el pelo mucho más largo y bonito que yo” o “sus ideas son bastante mejores que las mías”.
Igualmente, pensará que no es lo suficientemente simpática, atractiva o divertida, y vivirá con el miedo a decepcionar y a no gustar a los demás.
En la sociedad actual se nos incita, y a veces casi se nos exige, ser perfectos, eficientes, felices, empáticos, dar lo máximo de nosotros… Una infinidad de competencias que, al final, a lo que nos lleva es a una vida llena de presión y frustración.
Esto además empuja a muchas personas a sentirse incapaces, creyendo que no se es suficiente.
Todo el mundo tiene sus puntos fuertes y sus débiles, lo conveniente es apreciar las aptitudes que se tienen y reconocer los defectos, pero sin obsesionarse con ellos.
Por ello, es importante aprender a quererse, entender que, al igual que los demás, tenemos nuestras inseguridades, pero que éstas no determinan nuestra valía personal.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas