miércoles, 28 de marzo de 2012

Tener ganas de vivir

Quedarnos en lo conocido por miedo a lo desconocido, equivale a mantenernos con vida pero no significa vivir. "Vivir es experimentar todos los días la sensación de que somos descubridores de algo nuevo, de pensar que somos imprescindibles, de alguna manera, para que la gran máquina que es el mundo siga funcionando, bien o mal, pero sin detenerse.
Cada momento transcurrido nos presenta un sinnúmero de calamidades en el mundo todo. Nos hacen ver que un cúmulo de catástrofes, como epidemias, accidentes, terremotos, derrumbes, inundaciones, asaltos, secuestros, violaciones, asesinatos y otros hechos aberrantes nos va cubriendo el panorama.
La preocupación generalizada se extiende rápidamente y las crisis políticas, económicas y sociales no poseen fronteras ni límites, por lo que no tienen inconvenientes en hacerse presentes hasta en los más insólitos y recónditos parajes del planeta.
La velocidad con que viajan las informaciones hace que las noticias nos perturban desmesuradamente porque, ni siquiera terminamos de digerir una tanda de ellas, cuando hace su aparición la siguiente. Y así sucesivamente sin solución de continuidad.
Entonces surgen los cuestionamientos, aparecen los dilemas y afloran las dudas sobre cuál es el sentido de estar presentes y ser testigos de este cataclismo que nos envuelve a todos cada vez más. Desazón y desconcierto tienden a ganar terreno cuando tambalean los supuestos pilares y hay propensión a perder la esperanza.
Ante tanta desgracia, es fundamental anteponer las ganas de vivir, con la firme convicción de que todo puede cambiar para bien. Porque, si se deja que este interminable alud de eventos negativos persista en su sometimiento, la existencia no tendría razón de ser. No reaccionar sería caer en el facilismo de dejarnos arrastrar y pensar que nada puede hacerse para modificar el rumbo de los acontecimientos.
Todo puede corregirse, no hay algo que no se pueda modificar, es cuestión de proponerse y encarar con decisión para revertir esta situación de de peso, de pena, de sufrimiento.
La mejor manera de contrarrestar las cargas negativas es proveerse de todo el positivismo posible. De cualquier forma, la vida vale la pena y, permanentemente, debemos fortalecer nuestras ganas de vivirla".
Espero que pongan en práctica sus ganas de vivir: arriba el ánimo y dejemos de lado todo lo negativo.
Cariños y sonrisas
Irene



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Cariños y sonrisas