Hay que desprenderse de las creencias irracionales.
Los seres humanos somos máquinas de evaluar lo que nos sucede. Mientras tomamos un café una parte de nuestro cerebro está evaluando como es ese café y estamos evaluando todo el tiempo. No podemos dejar de hacerlo. Incluso los monjes en su retiro continúan evaluando.
El problema es que muchas veces cuando evaluamos lo hacemos mal y evaluamos muchas cosas de las que nos suceden como terribles, cuando no lo son.
Cuando lo que nos sucede lo calificamos como terrible, nos estamos diciendo que si eso nos sucediera no lo podría soportar. En cambio si decimos que lo que nos sucede es genial, lo que nos estamos diciendo es que si nos pasase eso seguro que seríamos felices. Por ejemplo a veces calificamos como genial cosas como ganar la lotería, encontrar al hombre de mi vida… Dependiendo de cómo haga yo esta evaluación seré más o menos fuerte a nivel emocional. Si no evalúo bien me haré más débil a nivel emocional.
Por ejemplo, una señora de unos 60 años, con mucha ansiedad, con muchos miedos, ella misma se definía como insoportable, de hecho su marido le había dejado, su hija también estaba harta de ella. Pero ella ahora se volcaba en su nieta, era el sentido de su vida, sin embargo ahora tenía mucha ansiedad puesto que a la niña le tenían que operar. Tenía miedo de que la operación fuera mal y le pasara algo a la niña que ahora era el motor de su vida. “Si le pasara algo a mi nieta no lo podría soportar”.
Un ejercicio que va muy bien es pensar lo siguiente: ¿qué pasaría si efectivamente pasara lo peor que nos imaginamos?, la mujer a esta pregunta respondió que sería terrible. Pero hay historias aún más terribles que a su nieta le pasara algo. Por ejemplo un hombre que tiene un accidente de coche y a la mañana siguiente en el hospital, le explican que han muerto su mujer y sus dos hijos pero que además le han hecho la prueba de alcoholemia y ha salido positiva. Sobre ese hombre recayó la muerte de su familia. Este hombre fue capaz de rehacer su vida y trabajar en una ONG en África. ¿Cómo calificamos este caso?, es terrible, pero entonces el caso de su nieta lo tenemos que poner un poquito más para atrás, por tanto será un poco menos terrible. No evaluar las cosas como terribles es muy importante.
Terrible quiere decir que no lo voy a soportar. Es muy importante para nuestra fortaleza espiritual no terribilizar.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas