Sonrían siempre, sonrían. La sonrisa es nuestra arruga más bella y a la vez, nos mantiene jovenes. Cada vez que sonreímos abrimos mil puertas cerradas. No hay dinero capaz de comprar una sonrisa auténtica y, sin embargo, brota espontánea cuando es gratuita. Seamos nosotros, como una sonrisa, porque tampoco nosotros tenemos precio.Practiquemos el agradevimiento, el perdón, la tolerancia, el respeto, la sensibilidad, el cariño... y tendremos un espíritu sano.
Y así, cada noche, en este camino que llaman vida, ganaremos el trofeo más preciado: la paz interior y el gozo de encontrar el sentido de vivir debajo de la almohada. No nos preocupemos, hay trofeos para todos. Mañana ganaremoss más.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas