Así, de alguna forma, a
partir de estas heridas emocionales o experiencias dolorosas de la infancia,
conformaremos una parte de nuestra personalidad. Según Lisa Bourbeau las heridas emocionales de la infancia podemos resumirlas en cinco. Por lo tanto, voy a hablarles de cada una, pero una por día:.
1- El miedo al abandono
La soledad es el peor enemigo de quien vivió
el abandono en su infancia.
Por lo tanto, viviremos pendientes del abandono, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada.
Sería algo así como “te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.
Por lo tanto, viviremos pendientes del abandono, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada.
Sería algo así como “te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.
Las personas que han
tenido experiencias de abandono en la infancia, tendrán que trabajar su miedo a
la soledad, su temor a ser rechazadas y las barreras invisibles al contacto
físico.
La herida causada por el
abandono no es fácil de curar.
Así, nosotros mismos seremos conscientes de que ha comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezca y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.
Mañana seguimos, cariños y sonrisas
Irene
Así, nosotros mismos seremos conscientes de que ha comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezca y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.
Mañana seguimos, cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas