Ansiedad. Por ejemplo cuando estamos preocupados por una próxima reunión de trabajo.
Así, en el período que va hasta la reunión hablamos con nosotros mismos acerca de lo desastroso que será si perdemos el trabajo, visualizamos todo tipo de "peores escenarios" y nos imaginamos lo horrible que se siente, y hablamos con nosotros mismo sobre la forma en que debemos actuar para evitar que esto suceda. Sin embargo, nuestro diálogo interno negativo y el ensayo mental hacen que sea muy probable que, en el encuentro en sí, vayamos a estar tan tensos y ansiosos que se puede a producir el mismo resultado al que le hemos tenido tanto miedo.
Bloqueo de aprendizaje. Estamos estudiando para un examen muy importante. Está en juego nuestra carrera y los ingresos futuros dependen de los resultados del examen. Como sabemos, el aprendizaje y registro de información que pueda ser recordada en el examen requiere de un buen estado de atención y relajación.
Pero al tratar de enfocar nuestra atención para este fin tenemos un constante diálogo interno en que comentamos nuestra mala memoria, dialogamos sobre las consecuencias de no hacerlo bien, y al mismo tiempo, nos tensamos y desconcentramos en lugar de estudiar y así sucesivamente. Nuestra incapacidad para manejar la auto-conversación nos garantiza que no vamos a dar un buen resultado en ese examen.En fin hemos visto, entre ayer y hoy lo que nos puede hacer nuestra mente conversadora, mañana veremos como solucionarlo
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas