Cuarta ley: asumamos que las pérdidas van a sucederse tarde o temprano
Volvemos de nuevo a la misma idea: aceptar que, en esta vida, nada puede contenerse eternamente.
La vida, las relaciones, e incluso las cosas materiales, terminan desvaneciéndose como el humo que se escapa de una ventana abierta o el agua fresca que resbala por nuestros dedos.
Las personas se irán, los niños crecerán, algunos amigos dejarán de serlo y algunos amores se irán del calor de nuestro mano…
Todo ello forma parte del desapego, y como tal, hemos de aprender a asumirlo para afrontarlo con mayor integridad.
Con mayor fuerza. Pero lo que nunca va a cambiar, es nuestra capacidad de querer.
Y debemos empezar siempre por nosotros mismos.
Cariños y sonrisas
Irene
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas