Las personas,
antiguamente estaban acostumbradas a una vida más tranquila, donde podían
combinar sin problemas el trabajo, la familia, los amigos y el tiempo de
esparcimiento.
El trabajo, generalmente no era tan desgastante y las distancias
a recorrer eran más cortas y sin tráfico.
Tenían tiempo para tomar sus alimentos con calma, dormían su siesta y se acostaban a buena hora. No tenían tantas distracciones en su vida cotidiana.
Eran personas que realmente podían disfrutar de la vida más plenamente.
Tenían tiempo para tomar sus alimentos con calma, dormían su siesta y se acostaban a buena hora. No tenían tantas distracciones en su vida cotidiana.
Eran personas que realmente podían disfrutar de la vida más plenamente.
Actualmente, muchos
vivimos en ciudades con un elevado grado de contaminación, donde el movimiento
es vertiginoso, donde nadie se fija en nadie.
Las personas vivimos como autómatas, nos agredimos unos a otros y nos vamos perdiendo dentro de un mundo vertiginoso.
Muchas veces perdemos el sentido de vida y nos mantenemos en un estado de estrés constante que redunda en nuestra salud física y mental.
Las personas vivimos como autómatas, nos agredimos unos a otros y nos vamos perdiendo dentro de un mundo vertiginoso.
Muchas veces perdemos el sentido de vida y nos mantenemos en un estado de estrés constante que redunda en nuestra salud física y mental.
Por lo tanto es
imperioso aprender a relajarnos y regalarnos diariamente unos minutos para
oxigenarnos, reparar nuestro sistema nervioso, mantener un mejor sentido del
humor y ver la vida y sentirla más plenamente, con más conciencia.
Cariños y sonrisas
Irene
Cariños y sonrisas
Irene
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas