Mucho cuidado con los excesos afectivos y emocionales porque generan perturbaciones.
A los hijos hay que darles lo que les conviene, no lo que nos gusta a nosotros.
A los hijos hay que darles lo que les conviene, no lo que nos gusta a nosotros.
Los padres o cuidadores muy neuróticos generan enlaces fuertes, una dependencia extrema en los hijos que no es sano.
Tenemos que tener presente que somos la herencia psíquica de nuestros padres.
La verdadera herencia que recibimos es la ideológica.
La forma de amar, la sexualidad, la forma de trabajar, es trasmitido.
Según los adultos que nos rodeen aprendemos una u otra ideología por lo que debemos
revisar los nuestros principios ideológicos haciendo un ejercicio de autocrítica.
Volcamos sobre los hijos nuestras carencias, nuestras frustraciones, nuestros deseos. Le transmitimos lo que a nosotros nos hubiera gustado ser y lo que nos ha sido trasmitido.
El vínculo afectivo con la figura materna en mucho más fuerte que con la figura paterna. Pero es fundamental que el niño tenga una figura masculina en su vida pues esta tiene una función súper importante: transmitir la ley, el orden .
No se nos enseña a ser padres o madres es algo que cada uno debe aprender.
Lo que perdura es el modo en que nos han educado.
Poderosas fuerzas inconscientes que nos condicionan: las leyes, las normas, el amor, la sexualidad saludable o perjudicial. En nosotros está modificar esos patrones educativos si los encontramos errados.
Cuanto más independiente y autónomo sea nuestro hijo, más seguro se va a sentir., porque un niño inseguro está minorizado.
Una correcta educación es orientar el proyecto educativo a que sea independiente y autónomo. Que piense y sienta por sí mismo.
Ahora, es difícil porque nosotros estamos ahí protegiéndoles y produciendo incapacidad.
Por lo tanto debemos revisarnos para no producir trastornos en nuestros hijos, para no traspasarles nuestra frustraciones ni lo que nosotros quisimos ser.
Carinos y sonrisas
Irene
Tenemos que tener presente que somos la herencia psíquica de nuestros padres.
La verdadera herencia que recibimos es la ideológica.
La forma de amar, la sexualidad, la forma de trabajar, es trasmitido.
Según los adultos que nos rodeen aprendemos una u otra ideología por lo que debemos
revisar los nuestros principios ideológicos haciendo un ejercicio de autocrítica.
Volcamos sobre los hijos nuestras carencias, nuestras frustraciones, nuestros deseos. Le transmitimos lo que a nosotros nos hubiera gustado ser y lo que nos ha sido trasmitido.
El vínculo afectivo con la figura materna en mucho más fuerte que con la figura paterna. Pero es fundamental que el niño tenga una figura masculina en su vida pues esta tiene una función súper importante: transmitir la ley, el orden .
No se nos enseña a ser padres o madres es algo que cada uno debe aprender.
Lo que perdura es el modo en que nos han educado.
Poderosas fuerzas inconscientes que nos condicionan: las leyes, las normas, el amor, la sexualidad saludable o perjudicial. En nosotros está modificar esos patrones educativos si los encontramos errados.
Cuanto más independiente y autónomo sea nuestro hijo, más seguro se va a sentir., porque un niño inseguro está minorizado.
Una correcta educación es orientar el proyecto educativo a que sea independiente y autónomo. Que piense y sienta por sí mismo.
Ahora, es difícil porque nosotros estamos ahí protegiéndoles y produciendo incapacidad.
Por lo tanto debemos revisarnos para no producir trastornos en nuestros hijos, para no traspasarles nuestra frustraciones ni lo que nosotros quisimos ser.
Carinos y sonrisas
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Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas