Planificar con antelación la vía de acción que se llevará a termino para concluir el proyecto o la tarea incompleta nos ayuda a liberar espacio en nuestra mente para que nos centremos en la tarea que tenemos entre manos.
Según un estudio del 2011, se demostró que al dejar que los participantes preparan planes específicos para las tareas y proyectos inacabados, consiguieron eliminar las interferencias que tenían cuando estaban realizando una tarea cualquiera.
El grado de efectividad de esta medida aumentaba según la seriedad de los planes de los participantes.
Es decir, un plan poco concreto y poco probable no tendrá el mismo efecto que uno bien definido y creíble.
Por lo tanto, el comprometerse a seguir un determinado plan para conseguir un objetivo, no sólo facilita su realización sino que además libera la mente de otros asuntos.
El plan para ser efectivo debe responder de forma concreta a cuatro preguntas:
(1) qué voy a hacer;
(2) cómo lo voy a hacer;
(3) cuándo lo voy a hacer; y
(4) dónde lo voy a hacer.
Ahora ya sabemos cómo mejorar nuestro rendimiento liberando nuestra mente de pensamientos que nos molestan y no nos dejan avanzar.
Limitemos nuestros proyectos, hagamos las tareas por rutina y planifiquemos con antelación la vía de acción que seguiremos para conseguir nuestros objetivos y seremos más felices.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas