La segunda pregunta que podemos responder para encontrarle el sentido a la vida es: ¿Cómo nos imaginamos dentro de cinco años?
Pensar en el futuro es una excelente manera de darnos cuenta de que vale la pena estar vivo. Además, solemos estar tan sumergidos en nuestros problemas actuales que no nos damos cuenta de que el futuro está allí, esperándonos.
Recordemos que los hábitos que tenemos hoy son los que decidirán nuestro mañana.
Relajémonos, cerremos los ojos, hagamos 3 inspiraciones profundas y hagamos todo el esfuerzo posible en preguntarnos qué será de nosotros dentro de cinco años.
¿Estaremos trabajando en el mismo sitio? ¿Nuestra familia será más grande? ¿Dónde viviremos? ¿Habremos cumplido nuestros sueños?
Si no sabemos hacia donde nos dirigimos, no llegaremos nunca a destino.
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas