Estamos diciendo que nuestra vida es un escenario en el que no queremos estar.
La capacidad de alcanzar tus sueños depende de nuestra capacidad de hacernos responsable de nuestra vida.
Cuando culpamos a los demás de lo que nos pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le damos poder a otros sobre una parte de nuestra vida.
Echarle la culpa a los demás es lo más gratificante en aquellos momentos de desesperación! Es comodísimo!Cuando culpamos a los demás de lo que nos pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le damos poder a otros sobre una parte de nuestra vida.
Cuando nos enfrentamos a conflictos en las relaciones, a nadie le gusta asumir la culpa… y por eso recurrimos a echársela a los demás.
A nosotr@s nos quedará argumentar nuestro papel de pobrecit@s, de mendigar suerte al mundo y de sufrir por haber caído en una trampa.
Pero, ¿qué ganamos con eso? ¿Para qué queremos ser mártires? ¿Acaso esa es nuestra misión en el mundo? ¡Por supuesto que no!
La buena noticia es que si descubrimos por qué actuamos de tal o cual forma, pronto dejaremos de arrojar “mugre” hacia fuera, y podremos limpiarnos de tóxicas emociones que nos atan en la vida.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas