domingo, 12 de febrero de 2017

DEJEMOS DE SER PASIVOS

No pensemos demasiado las cosas o crearemos un problema que ni siquiera estaba ahí en primer lugar.
Evaluemos las situaciones y tomemos acciones decisivas.
No podemos cambiar cuando nos rehusamos a confrontar las cosas.
El progreso siempre implica riesgo, ¡Punto!
No podemos llegar a segunda base si tenemos un pie en la primera.
Seguramente no somos del todo felices con nuestra vida, nos gustaría cambiar muchos aspectos de ella.
Nos gustaría cambiar de trabajo, de ciudad o luchar por unos sueños que teníamos en mente y nosotros mismos hemos hecho que se desvanezcan.
De pequeños cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayor lo decíamos claramente y totalmente convencidos a lo que queríamos dedicarnos y no visualizábamos ningún impedimento.
Sí, es cierto, hay que ser realistas, pero no ponernos barreras y saber distinguir lo posible de lo verdaderamente imposible.
Y esas barreras de las que hablo las utilizamos continuamente cada día, cada vez que nos viene una idea a la cabeza. Una vez alguien dijo: “lo consiguió porque no sabía que era imposible”.
Si nos aplicásemos esa teoría al día a día seguramente nos iría mejor, tendríamos más autoestima y nuestra vida sería plena.
Cariños y sonrisas
Irene
 

 

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Cariños y sonrisas