De hecho, de niños nos enseñaron que no debíamos llorar ni enfadarnos.
Como resultado, muchos adultos jamás han aprendido a gestionar asertivamente sus estados emocionales, simplemente los reprimen.
Neurocientíficos de la Universidad de Wisconsin han apreciado que el cerebro de quienes han desarrollado una "personalidad represora" funciona de manera relativamente diferente.
En la práctica, los mensajes inquietantes o perturbadores tardan mucho más en pasar de un hemisferio al otro.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los mensajes neutros o positivos, lo cual indica que se trata de una reacción aprendida a lo largo del tiempo.
En la práctica, los mensajes inquietantes o perturbadores tardan mucho más en pasar de un hemisferio al otro.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los mensajes neutros o positivos, lo cual indica que se trata de una reacción aprendida a lo largo del tiempo.
No obstante, el desahogo emocional es clave para nuestro bienestar psicológico y físico. Hablar sobre cómo nos sentimos o cómo los demás nos hacen sentir, sin miedos, nos permitirá desarrollar relaciones interpersonales más maduras y auténticas, a la vez que nos ayudará a establecer límites saludables.
Cariños y sonrisas
Irene
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