El estrés, la ansiedad o la irritabilidad son algunas de las consecuencias diarias de nuestro entorno, ahora en plena pandemia o en la vida cotidiana, que pueden llegar a ocasionar verdaderos estados de preocupación, angustia e incluso depresión, si no sabemos enfocarlos.
Afrontar los problemas y los cambios con optimismo es clave para no caer en las inclemencias de nuestra existencia. Además, nuestra actitud perseverante y optimista nos ayudará a superar los baches de manera más rápida y constructiva, permitiéndonos incluso aprender de cada situación para evitar recaídas en el futuro.
De nada sirve centrarse en los puntos negativos, ya que ver sólo la parte mala de las cosas puede tener como consecuencia un bloqueo de nuestra mente que se sume a la lista de conflictos.
Saber decir que no es tan grave, "bajar la pelota al piso", es en muchas ocasiones esencial para no pensar que somos incapaces de encontrar una solución.
Así, cuando aparezca el problema, lo primero que debemos hacer es intentar analizarlo desde la distancia, manteniendo la cabeza fría para buscar la mejor solución y afrontarlo con una actitud positiva que nos ayude a dar un cambio de perspectiva a la situación.
De esta manera, es posible conseguir que los momentos difíciles sean más llevaderos y mejoraremos nuestro bienestar, evitando problemas de ansiedad e impotencia.
Las ventajas de ser optimistas y buscar el lado positivo de las cosas son numerosas.
1. conseguimos mejores resultados a la hora de solucionar conflictos
2. transmitimos serenidad y buen humor a las personas que nos rodean, que así nos responderán con buenas vibraciones creando un clima de bienestar.
Carinos y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas