Entrar al trampa de provocaciones de los demás, es desestabilizarnos.
Cuando nos sentimos inseguros, acomplejados, frustrados, buscamos formas de enfrentarnos a nosotros mismos y normalmente, utilizamos a los demás para ello.
Si intentamos
justificarnos, o explicar nuestra postura frente a alguien, que de alguna manera nos
provoca, buscando confrontación, quiere decir que nosotros también estamos inseguros.
Así que procuremos
mantenernos centrados en nuestras cosas, en nuestros asuntos. En crear el mundo en el que
queremos vivir.
Ya no discutamos, no
peleemos. No tenemos tiempo. Prefiramos amar.
Cuando nos sintamos
atacados es porque creemos que merecemos el ataque.
Si pensamos que no es contra nosotros, no tendremos necesidad de defendernos, y entenderemos que es el otro, el que tiene el problema y no nosotros.
Si pensamos que no es contra nosotros, no tendremos necesidad de defendernos, y entenderemos que es el otro, el que tiene el problema y no nosotros.
Ganaremos confianza,
seguridad… Y seremos más felices.
Pensar esto y
ponerlo en práctica, hace nuestra vida más pacífica y placentera.
Cariños y sonrisas
Irene
Cariños y sonrisas
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Cariños y sonrisas