La psicología
positiva nos puede servir como una guía que indique cuáles son los
comportamientos, actitudes, valores, formas de pensar, etc., que debemos
desarrollar para ser más felices y llevar una vida más satisfactoria en todos
los sentidos.
Para ello, hemos de
empezar por tener presente un principio muy simple: lo que damos a los demás o al
mundo es, por lo general, lo que recibimos; es decir, si somos amables con los
demás, tendremos muchas más probabilidades de que los demás lo sean con nosotros.
Si somos una persona positiva, no solo nos rodearemos de gente positiva sino que, además, las personas más positivas suelen tener mejores trabajos, mayores ingresos, relaciones más satisfactorias y mejor salud.
Si somos una persona positiva, no solo nos rodearemos de gente positiva sino que, además, las personas más positivas suelen tener mejores trabajos, mayores ingresos, relaciones más satisfactorias y mejor salud.
Por supuesto, esto
no significa que, si somos una persona positiva, no nos vaya a pasar nunca nada
malo. Nadie está libre de los malos momentos o el sufrimiento.
Sin embargo, ante las malas experiencias, las personas más positivas reaccionan también de modos más positivos.
Sin embargo, ante las malas experiencias, las personas más positivas reaccionan también de modos más positivos.
Es decir, no ven
catástrofes sino inconvenientes o problemas, buscan soluciones, piden ayuda si
la necesitan y utilizan la experiencia como indicio de que deben cambiar
algunas cosas y para aprender y crecer.
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