Y como siempre les digo, la manera en que interpretamos y pensamos acerca de lo que nos pasa afecta a nuestra perspectiva y experiencia de estrés.
De manera que con frecuencia es nuestra interpretación lo que genera (o potencia) una reacción negativa de estrés, más que el evento o situación a la que nos enfrentamos.
Como ejemplo tomemos el caso de un alumno acostumbrado a Sobresalientes que obtiene Aprobado en un trabajo.
La idea de que esa nota le puede afectar a su expediente académico y con ello a sus posibilidades de conseguir una beca y por consiguiente, el trabajo al que aspiraba, el tipo de vida que puede alcanzar, que no va a poder formar familia, que no va a poder tener hijos, etc, etc
Es decir, que esa sola idea puede tener un efecto amplificador o multiplicador en su nivel de estrés convirtiéndolo en ansiedad.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas