ansiedad, irritabilidad, miedo, fluctuación del ánimo, confusión o turbación.
Pensamientos:
excesiva autocrítica, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, olvidos, preocupación por el futuro, pensamientos repetitivos, excesivo temor al fracaso.
Conductas:
tartamudez u otras dificultades del habla, llantos, reacciones impulsivas, risa nerviosa, trato brusco a los demás, rechinar los dientes o apretar las mandíbulas; aumento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas; mayor predisposición a accidentes; aumento o disminución del apetito.
Cambios físicos:
músculos contraídos, manos frías o sudorosas, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, perturbaciones del sueño, malestar estomacal, gripes e infecciones, fatiga, respiración agitada o palpitaciones, temblores, boca seca.
Y como verán ni las emociones, ni los pensamientos, ni las conductas ni los cambios físicos, son agradables y por lo tanto, uno debe tratar de buscar como bajar el estrés, para vivir mejor
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas