Cuando otra persona tiene tanto poder de descomponernos y deprimirnos tanto, es una representación de nuestra fragilidad interna, porque estamos basando nuestra vida en las decisiones de otra persona.
No podemos esperar que otro nos quiera o permanezca a nuestro lado para ser feliz, ni mucho menos obligarle a que nos quiera.
Tampoco podemos depender de una sola persona, como si fuera la única que realmente nos fuera a querer, como si no pudiésemos encontrar algo mejor. Valemos mucho, y tenemos la capacidad de conseguir a alguien mejor y de hacer una vida feliz sin depender de otro y sin acosarla.
No debemos darle esa responsabilidad tan grande de hacernos feliz a una persona que no nos quiere tener a su lado.
Simplemente no olvidamos porque lo único que hacemos es recordar los buenos momentos que pasamos junto a nuestra pareja, mientras que la otra persona ya no piensa en nosotros.
Simplemente tenemos que olvidar a nuestro ex.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas