Incluso algunas publicaciones aseguran que tomar agua antes de comer reduce los niveles de ingesta en un 13%.
Entonces, a partir de la creencia poco profundizada de que el consumo excesivo de agua ayuda a dejar de comer, pueden haber consecuencias serias por sobrehidratación, que según la médico nutrióloga y Decana de la Facultad de Nutrición de la Universidad de los Andes, Eliana Reyes, “derivan en problemas renales y disminución considerable de sodio en el cuerpo”.Además, ese consumo excesivo es producto de la ansiedad y el estrés, según Rosita Behar.
“Las personas que reemplazan la comida con agua, té, café o bebidas energéticas evidencian una búsqueda de energía, son capaces de tomar hasta seis litros diarios, creyendo que el agua, al ser un elemento puro y que debiese favorecer al cuerpo, bastará”.
Esto es la potomanía, que puede llevarnos a la muerte
Cariños y sonrisas
Irene
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