Y así es. El dinero es una herramienta.
Se puede usar bien o mal.
Puede ser dinero limpio, para hacer cosas bonitas, y cubrir nuestras necesidades, o dinero sucio que alimenta la avaricia, y que sirve para dañar y manipular a los demás.
Pero en cualquier caso, el dinero es algo material. Se puede usar bien o mal.
Puede ser dinero limpio, para hacer cosas bonitas, y cubrir nuestras necesidades, o dinero sucio que alimenta la avaricia, y que sirve para dañar y manipular a los demás.
Las cosas inmateriales, esas que no pueden valorarse económicamente, son las realmente valiosas.
Eso es algo que tenemos que recordar todos los días, porque el sistema se empeña en que lo olvidemos, y todo acaba siendo mercantilizado.
Pareciera que lo que no se puede cuantificar económicamente no existiera.
Las experiencias, las emociones, lo que transmitimos, lo que cultivamos para enriquecernos como personas, disfrutar de las cosas que nos rodean, encontrar placer en las maravillas de este mundo, sentirnos cómodos con quienes somos y encontrar nuestro lugar, son cosas que no podremos comprar con dinero, así como los afectos, los dones, el amor, la salud, el coraje de vivir, la sinceridad, la inspiración, el misterio.
Nunca hagamos nada por dinero. El dinero es una herramienta.
Trabajar haciendo aquello que amamos, con lo que ganamos un dinero, que nos sirve para conseguir las cosas que necesitamos, para seguir viviendo desde el amor y la creatividad, teniendo tiempo para disfrutar de las cosas importantes, y siendo de esta manera, más feliz.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas