No esperemos las condiciones perfectas para empezar a trabajar en la felicidad. Eso no existe.
La felicidad es una decisión de todos los días, y es necesario dejar de buscar la felicidad, y empezar a vivirla.
Para eso, focalízémonos en el ahora, en el presente.
Tomemos conciencia de todo lo que tenemos, sentimos, y vivimos HOY.
El mañana, no lo conocemos, el pasado ya no está, quizás tenemos todo para ser feliz, y no nos damos cuenta.
Disfrutemos cada bocado de comida, cada respiro profundo que podemos hacer, cada mañana que podemos apreciar el sol.
Si estamos tristes, cansados, frustrados, ansiosos, es real que estar en el sillón, pensando en esas cosas que nos hacen mal, no va a generar un cambio en nosotros.
Salgamos a caminar, a correr, a andar en bicicleta, superemos la comodidad del momento, y animémonos a sentirnos mejor.
Busquemos gente que nos lleve más lejos como persona, que nos desafíe, que nos permita avanzar en la vida, en todos los aspectos.
Seamos generosos con nuestro tiempo, con nuestro espacio, con un gesto.
No sabemos lo que un simple acto, puede generar en el otro.
Cariños y sonrisas
Irene
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Cariños y sonrisas